El shibari o kinbaku nació a finales del siglo XIX gracias a la influencia del artista plástico Seiyu Itoh (1882-1961), quien se inspiró en las antiguas formas de un tipo de arte marcial que existía en Japón conocido como el hojojutsu y nawazeme que consistía en capturar, atar y torturar prisioneros, para dar lugar al “kinbaku”. El paso de la brutalidad al arte erótico se dio de forma gradual: se transformaron los elementos dolorosos y violentos por algo placentero al cambiar la colocación de las cuerdas en zonas erógenas.
Foto de Nobuyoshi Araki |
Foto de Nobuyoshi Araki |
El arte del nudo erótico japonés más allá de los juegos de dominación y sumisión proyecta una belleza singular, mientras sea una acto consensuado entre ambas partes. La habilidad japonesa para ritualizar y embellecer actividades cotidianas (desde la ceremonia del té hasta la caligrafía o los arreglos florales) ha hecho del shibari o “bondage” todo un arte de la atadura erótica.
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