"La revolución digital modifica todo de una vez: los soportes de la escritura, la técnica de su reproducción y diseminación, y las maneras de leer. Tal sincronía resulta inédita en la historia de la humanidad. La invención de la imprenta no modificó las estructuras fundamentales del libro, compuesto —tanto antes como después de Gutenberg— por pliegos, hojas y páginas reunidos en un mismo objeto. En los primeros siglos de la era cristiana, esta nueva forma del libro, la del codex, se impuso a costa del rollo, pero no estuvo acompañada por una transformación de la técnica de reproducción de los textos, siempre asegurada por la copia manuscrita.
Y si bien la lectura ha conocido varias revoluciones, señaladas o discutidas por los historiadores, todas ocurrieron durante la larga duración del codex, estas son las conquistas medievales de la lectura silenciosa y visual, la pasión por leer que embargó el Siglo de las Luces, o incluso, a partir del siglo XIX, la entrada en la lectura de recién llegados: los medios populares, las mujeres y los niños, tanto dentro como fuera de la escuela".
[Ilustración de Toni Demuro]
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