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viernes, 24 de abril de 2015

Sexo duro, sexo de piedra: el sexo en la Prehistoria.


  El Homo  a lo largo de los cuatro millones de años, aproximadamente, que duró la Prehistoria buscó humanizar y sexualizar los eventos naturales que no comprendía y de los cuales dependía su vida. De ahí que  el sexo, la religión y la magia  fueron los conductos por los cuales buscó explicar  su realidad.

Sobre la sexualidad  durante la Prehistoria hay muchos mitos y falsedades. Hay quienes piensan que los "cavernícolas" eran unos salvajes que golpeaban con un garrote a la mujer y luego la arrastraban del cabello, mientras que a las mujeres ese tipo de cortejo les fascinaba. Todo esto es FALSO.  Los hombres no eran tan salvajes como creemos y las mujeres tampoco iban con sexis bikinis. 




Tampoco es cierto que estos “cavernícolas” vivían todo el tiempo en cuevas y luchaban con enormes dinosaurios. La realidad es otra, ambas especies nunca convivieron… lo cierto es que el hombre apareció mucho tiempo después de la extinción de los dinosaurios.

La presencia de las falsas suposiciones mucho se debe a la falta de testimonios de este periodo. Sin embargo, las investigaciones a partir de la observación de otros primates como el chimpancé, el orangután y los bonobos, ha permitido establecer teorías sobre cómo se apareaban los primeros homínidos y cómo posiblemente eran sus relaciones.



Para el estudio de este periodo se ha contado con el apoyo de otras ciencias como la biología, los hallazgos arqueológicos, las investigaciones de  paleoneurólogos, historiadores, antropólogos y en las últimas décadas las investigaciones del ADN  y la genética han hecho grandes aportaciones al tema de la evolución. Con cada estudio se han podido establecer teorías que si bien no son del todo certeras nos permiten tener un acercamiento al “mono desnudo”.

 Ahora bien, muchas preguntas nos podemos hacer al respecto, ¿la sexualidad era como la practicamos ahora?  ¿Había límites morales en torno a ella? ¿Seguían los roles de sumisión y dominación en el sexo? ¿Eran tan salvajes como se piensa? ¿era un sexo duro y de piedra?






La sexualidad, al  igual que el hombre, ha experimentado 
un recorrido evolutivo. La mayoría de las investigaciones 

coinciden que durante la  Prehistoria, el sexo se hacía más por placer que por fines reproductivos.  Así que el placer  fue el primer motor de la evolución de la especie. Por esa necesidad de satisfacer sus impulsos sexuales es muy posible que desde entonces existiera la homosexualidad y la masturbación. 



Una distinción de la especie humana es que puede tener sexo en cualquier etapa de su vida y en cualquier momento, por lo que se cree que ésto favorecía a su actitud desinhibida frente al sexo. Suponen que eran muy promiscuos al igual que los chimpancés  y que podían tener tríos, orgías… sin tener una pareja estable, con toda la posibilidad de experimentar y vivir su sexualidad a sus anchas.  También se cree que entre ellos no existía la monogamia ni  el valor de la fidelidad. El que el hombre adoptará estas condiciones, seguramente se dio de manera  gradual cuando las tribus se establecieron y sus relaciones se volvieron más complejas, por lo que tuvieron que empezar por poner límites a sus necesidades sexuales.




Sobre las prácticas sexuales se pueden establecer ciertos factores que nos  permiten tener una idea de cómo eran:



1.- Cuando el hombre se transformó de primate a homínido y adquirió una postura erguida. Con esta nueva posición, el coito - que antes era la mujer dando la espalda - cambió a una posición donde  ya se podían ver cara a cara.  


 




Esta postura se vio favorecida porque otros órganos sensoriales también están de frente como la boca, los ojos, la nariz, etc., por lo que seguramente el coito con el paso del tiempo se convirtió en una experiencia emocional.


2.- Los  clanes estaban formados por grupos pequeños de no más de 30 personas, eran nómadas que se movían siguiendo las estaciones del año. En ese andar se encontraban con otros grupos y se piensa que entre ellos intercambiaban avances técnicos,  experiencias y  noticias.    
Lo más importante es que en estos clanes seguramente no había diferencias sexuales en cuanto a la división del trabajo, todos hacían de todo… y  entre ellos había un lazo fraternal muy fuerte.  Los científicos, sobre todo los paleoneurólogos concluyen que esto se debió a la producción de la hormona oxitocina que se produce durante la actividad sexual. Esta hormona provoca que se generen vínculos afectivos fuertes, un comportamiento cooperativo y fraterno, además de sentimientos de empatía. Incluso opinan que gracias a esta sustancia es que la especie logró sobrevivir pues lograron apoyarse en todo momento haciéndose más fuertes. La oxitocina promueve la confianza más no el amor y la fidelidad. 






3.- Por otra parte, el tiempo de vida del hombre prehistórico fue muy corto, apenas alcanzaban la edad de 40 años. Se encontraron huesos de un hombre de 45 años y por el hallazgo se vio que su columna vertebral estaba muy encorvada, lo que hace creer que a esa edad, los hombres que la alcanzaban lo hacían bastante deteriorados físicamente.  La mortalidad temprana hacía llevar otro estilo de  vida donde NO existía la idea del matrimonio ni paternidad porque el varón además desconocía ser el causante de la fecundación y no podía saber que, cuando una mujer estaba embarazada, él era el causante. Se dice que pocos niños lograban llegar a edad adulta. Sobrevivir a un medio ambiente por demás salvaje necesariamente implicaba la cohesión del grupo.







4.- Se empieza a representar la genitalidad en el arte.  El arte de la prehistoria tenía una finalidad utilitaria, sin embargo las manifestaciones artísticas nos dan una perspectiva de cómo veían el sexo, el significado que para ellos tenían y esto lo encontramos en dos tipos de representaciones:





* arte mobiliar: penes erectos o falos y las venus

* pintura rupestre






Ha llamado mucho la atención la cantidad de representaciones masculinas, las cuales en comparación a las femeninas son menos, existen alrededor de unas 70 – 80 piezas, en cambio, hay más de 300 imágenes femeninas esparcidas entre África, Asia y Europa. En su gran mayoría consisten en restos líticos y óseos (piedras y huesos) en forma de pequeños objetos o esculturas que podían ser llevadas de un lugar a otro.  




Por la forma en que  representaban la sexualidad podemos deducir que para el Homo fue una parte muy importante de su vida, pues se enfocan en exponer los genitales de manera exagerada, ya sea el pene, en el caso de los hombres y en el de las mujeres, sus senos, caderas y vulvas.







* Los falos o penes aunque no son tan comunes como las venus son  de diferente tamaño, elaborados de piedra o madera. Todos están representados en estado erecto, momento que precede a la eyaculación. Estos objetos hacen creer que era una manera simbólica de representar la virilidad masculina como algo sagrado e importante. Otros piensan sin tener una certeza que además de objetos de culto se usaban como consoladores. Incluso algunos bastones de mando tienen uno de sus extremos con forma de pene, a los que se les atribuye esta funcionalidad masturbatoria.  






Algunos estudiosos del tema plantean que el matriarcado fue la forma predominante de organización social. Como no había pruebas de la paternidad, el rol de la madre era fundamental hasta convertirse en el centro del grupo familiar. Otros consideran que no fue así que fueron grupos donde había igualdad de sexos.  




Sin duda, en las primeras edades de la historia humana el milagro y la fuerza mágica de la mujer fue una maravilla. El embarazo seguro dio a la mujer un poder prodigioso y por ello se puede explicar el por qué predominan más las figuras femeninas como las venus. Estas esculturas no se realizaba desde una perspectiva erótica, sino como símbolo de fecundidad, de fuente de vida, como un modo artístico de practicar la veneración a las diosas de la fertilidad y del sexo.




·         Las venus se llamaron así por los griegos, por su relación con las venus griegas. Son figuras que medían 14 cms, representadas con los genitales muy exagerados, impersonales: sin rostro, se les relacionó con la fertilidad y se cree que eran usadas como amuletos. 



En cuanto a las pinturas rupestres una característica común que mantuvieron fue el desnudo, casi nunca se representan imágenes con ropa y en su mayoría están de perfil.




Asombra que desde entonces hicieron distinciones en cuanto al género. Siempre dibujaron imágenes de cuerpo completo y sabemos que son hombres, porque en algunos casos se dibujaron con el pene en erección.







 En cuanto a las imágenes femeninas sobresale el perfil mostrando las nalgas y las vulvas…esto hace pensar que estos elementos resultaban ser para el hombre prehistórico  zonas erógenas muy importantes. 
























                                                                                            



Y lo que es
bastante curioso es que hay pocas escenas de coito. Y las que se han encontrado no se sabe si son representaciones de sexo entre humanos o representaciones de animales o dioses por las formas tan poco claras.








Esta alianza compuesta por la religión, el arte y la sexualidad, presentes desde el origen de los tiempos, se ha nutrido  generación tras generación. Y el hombre desde entonces se ha convertido en el creador de actitudes sexuales que lo han llevado experimentar con su cuerpo.






Fuentes consultadas:


* Marco García, Javier Ángulo, Sexo en Piedra, 2005.
* Desmond Morris, El mono desnudo. (versión online)
* José Manuel Nieves, “Los humanos éramos cuatro especies que se aparearon entre sí”. En: Abc.es, 18/12/2013, Sección ciencia.
* Judith de Jorge, “Brutos, machistas y despiadados: los falsos mitos del hombre de las cavernas”. En: ABC.es, 2/03/2014.
* Blog: El dragón de Hipatia, “Igualdad de sexos en la Prehistoria”.
http://www.elciudadano.cl/2009/09/01/11036/falsas-ideas-sobre-los-papelesroles-sexuales-en-la-prehistoria/

martes, 7 de abril de 2015

A fuerza ni lo zapatos entran!!!


“No hay que cargar nuestros pensamientos 
con el peso de nuestros zapatos”. 
André Breton



La historia camina, cruza calles, puentes, nunca se detiene ni para andar de puntitas, a veces anda con pasos apresurados, atraviesa muros, emigra, se mezcla y siempre la ha acompañado el "zapato".  Se piensa que el origen de la palabra zapato proviene del árabe 'Sabbat' que significa cuero adobado. Su  aparición data de la época prehistórica y fueron elaborados de pieles de animales, maleza y corteza de árbol dependiendo de la zona climática.

Sandalia paleolítica
Así como muchas otras prendas, el zapato ha tenido diferentes usos y significados a lo largo del tiempo, pero se pueden destacar cuatro tipos de usos:
1.- para proteger el  pie y aislarlo del agua, animales y suciedad.
2.- socialmente refleja el estatus y nivel adquisitivo de las personas, convirtiéndose en un símbolo externo que marca diferencias entre los seres humanos junto con otros accesorios.

3.-  estético, para vernos mejor, más altos, más delgados o para esconder algún defecto de los pies.

4.- cultural: más allá de la necesidad de calzarse, el zapato fue un símbolo de prosperidad y buena suerte, por lo que en diversos momentos se utilizó para distintas prácticas supersticiosas.  Por otra parte, su uso en la pornografía lo convirtió en un objeto fetiche  adquiriendo un valor erótico.

sandalias funerarias con laminado de oro halladas
dentro de la tumba del faraón Tutankhamon
En las culturas antiguas como Egipto y Grecia, el zapato empezó a hacer distinciones entre los grupos sociales, en donde los esclavos andaban descalzos.   Los griegos empezaron a adaptar los zapatos a todo tipo de pie y actividad: para guerreros, sacerdotes, campesinos, etc. Esta variedad en el calzado será generalizada en Roma donde se convierte en símbolo de poder, además de adquirir connotaciones supersticiosas como amuleto para la buena suerte. En Roma se diversifica su uso y se distinguen tres tipos: sandalias, zapatos y botas, donde hasta el color marcaba parte de la identidad  de cada clase.
Diversidad del calzado grecorromano - calceus, calceus patricius, caligae y soleae


Con el paso del tiempo el zapato  empezó a adquirir mayor importancia no sólo como parte necesaria de la vestimenta, sino que se  les atribuyó la capacidad de atraer  la buena suerte y fortuna, pues era muy caro hacerse de unos. Por otro lado, los hebreos han dejado constancia en muchos pasajes de la Biblia de los atributos morales que le dieron  al calzado, por ejemplo:

"Estad, pues, firmes... calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz". (Efesios 6:14,15). 

Otro caso era cuando entraban a un templo se quitaban sus sandalias para dejar afuera cualquier suciedad o pensamiento no digno. En Israel para la confirmación de cualquier negocio, se  regalaba  una sandalia a su compañero como testimonio de la transacción (Ruth 4:7-8), o bien, cuando alguien cometía algún delito se le quitaba su calzado y se le escupía en la cara.


sandalias de épocas bíblicas.



En la Edad Media se produce un cambio en el uso que se le da al calzado, comienza a cobrar fuerza el gusto por lo estético, aunque sigue marcando las diferencias de clases. Las formas, eran muy diversas, pero uno de los modelos más influyentes fueron los Crackowes, que aparecen durante el siglo XIV en Cracovia, Polonia.  Los crackowes se distinguieron por ser un calzado de puntera muy alargada que alcanzaban hasta veinte cms. La puntera marcaba la clase social a la que se pertenecía y era frecuente utilizar medidas exageradas que en muchos casos impedían caminar correctamente. Otro caso son las babuchas, también conocidas como "pantuflas" que comenzaron a utilizarse en el siglo XII por los moros y los europeos imitaron su uso, llevándolas al continente.

Del siglo XIV al XVII, tanto en España como en Italia y Francia estuvieron  muy de moda “los chapines” o “tapínes”. Este calzado estaba hecho de madera o corcho muy elevado que servía para no mojar los pies.  En su momento las mujeres que los llegaron a usar fueron muy criticadas por fingir una altura que no tenían.


Mujeres españolas usando chapines.





























Luis XIV,  "el rey sol".





El tacón apareció a finales del siglo XVI y se cree que lo trajeron de Persia donde los jinetes usaban el tacón para sujetarse mejor al caballo. El zapato empieza a ser un elemento para ensalzar las virtudes o tapar los posibles defectos en los pies. En esta época los nobles y reyes marcarán la moda, como en el caso de Luis XIV que usaba tacones pintados de rojo para distinguirse del resto de la población, sobre todo de la incipiente burguesía que  imitaba las formas reales. Se usaron telas, crearon nuevos colores, joyería y cualquier cosa que alejará al pueblo de la realeza.  Hoy en día pintar la suela de rojo se impuso en el calzado de diseño, Christian Louboutin ha ganado la exclusividad de teñir las suelas de rojo, a la usanza de Luis XIV.














En el siglo XVIII, la revolución francesa y la Revolución Industrial provocaran un giro total en el sector zapatero, se busca un zapato cómodo, aparecen nuevos modelos y formas de fabricar calzado. Antes del siglo XIX no había un zapato izquierdo o derecho. Ambas partes era iguales. La Revolución Industrial trae consigo la numeración del calzado.  A partir de las últimas décadas del diecinueve, gracias a la máquina de coser se empieza a hablar de una industria del calzado, incluso se da la producción en serie. En esta época, encargar un par de zapatos a un artesano era un signo de distinción social.










En el siglo XX se empieza experimentar con nuevos materiales; las guerras provocaron la escasez de materiales y los diseñadores tuvieron que innovar: el cuero es sustituido por otros materiales sintéticos, aparecen los plásticos, el uso de la goma, suelas de caucho, madera y corcho. Tras la Segunda Guerra Mundial, aparece un modelo que dejará una huella imborrable: el calzado Oxford, calzado urbano como elegante. El oxford se utilizaba para la lluvia y tenía como adorno los característicos picados que conocemos.







Sin embargo, el siglo XX será el siglo del zapato femenino. Poco a poco las mujeres se incorporan a la esfera pública debido a que tienen que sustituir en el trabajo a los hombres que marchan a la guerra. Se pone de moda un look andrógino y práctico: vuelve el calzado bajo. 









En los años 50 llega el tacón de aguja que vuelve a ser alto y sutil, mientras que el zapato bajo llamado "bailarina" se difunde a través de medios masivos como el cine, gracias a  Audrey Hepburn y Brigitte Bardot. Este calzado revoluciona la moda, deja a un lado los tacones altos sin perder el estilo y  la elegancia. 









A partir de los sesenta se vive una tendencia que es la que marca las últimas décadas del siglo XX y el presente: variedad, variedad y variedad. Un zapato para cada ocasión y para cada personalidad: tenis deportivos, botas vaqueras, plataformas, sandalias, mocasines, etc.









Hay que destacar que las prendas usadas por la clase obrera logró infiltrarse dentro de la moda cotidiana por la demanda de individualidad. Así como  los pantalones de mezclilla, aparecen las botas. En 1960 el doctor Klaus Märtens, después de una lesión en el tobillo, creó las míticas Dr.Martens, botas que innovaron al imponer las válvulas de aire. Éstas se utilizaron 50 años por la clase obrera (policías, obreros, etc) sin saber la demanda y el significado que luego tendrían para los punks y otras minorías contraculturales.




Al zapato, más allá de la necesidad de protegernos, también se les dotó de cualidades supersticiosas. Se llegó a colocar zapatos viejos en los tejados de las casas para defenderse de los malos espíritus. Los zapatos se heredaban a manera de seguir con los pasos del padre. En España las mujeres arrojaban al torero sus zapatos para desearle buena suerte. También era costumbre para dar buena suerte, atar al carruaje o medio de transporte de los recién casados, zapatos viejos en señal de buena suerte, costumbre que luego cambió usando latas. Pero así como han sido dotados de supersticiones también se han convertido en objeto fetiche, y gracias a la pornografía y al erotismo, en el siglo XX empezaron a tener un sentido erótico, al aparecer mujeres desnudas con los zapatos puestos y tacones muy altos. Incluso existe una parafilia donde el zapato es el objeto del deseo: el Retifismo, tan atrayente les resulta que hasta tiene variedades como la “altocalcifilia”, que se centra en los zapatos de tacón alto. 








Este accesorio que forma parte de nuestra vida cotidiana  se ha convertido en referente de nuestra identidad cultural y social, también ha ocupado un sitio especial en la literatura, en cuentos como La Cenicienta, de los hermanos Grimm; Los zapatos rojos de Hans Christian Andersen. En el cine, con películas como Tacones Lejanos, El mago de Oz, La químera de oro, Las zapatillas rojas, entre muchas otras. Finalmente, para concluir, también el hombre les ha otorgado una cualidad moral al incluirlos en refranes en donde expresan la sabiduría acumulada en su largo caminar por la historia.


“Dar con la horma de su zapato”
“Ponte en los zapatos del otro”
“No me llega ni a la suela de mi zapatos”
“A la fuerza ni los zapatos entran”.
"Zapatero a tus zapatos"


 


“Dale a una mujer los zapatos adecuados y podrá conquistar el  mundo”.
Marilyn Monroe


Fuentes consultadas:
La Biblia.
http://culturacolectiva.com/dr-martens-las-botas-de-las-subculturas/
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2013/01/130125_cultura_tacones_altos_historia_ao
http://www.estilototal.com/zapatos/la-historia-detras-de-las-zapatillas-converse-all-star.html

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